Figura 6
La distribución espacial de la población venezolana se ha efectuado en relación al proceso histórico vivido durante su proceso de evolución histórica. Cuando se menciona poblamiento, se hace referencia al establecimiento de personas en lugares antes deshabilitados o poco poblados, acción que se cumple mediante un proceso de ocupación y colonización de un territorio, lo cual supone la fundación de caseríos y pueblos.
Ahora bien, desde el punto de vista de la Geografía Humana, el poblamiento es el proceso por medio del cual las personas eligen unos espacios territoriales para instalarse en ellos de modo estable, en forma concentrada (pueblos o ciudades) o dispersa (pequeños caseríos), buscando aquellos que brindan las condiciones más adecuadas para satisfacer las necesidades de subsistencia y desarrollo económico y social: terrenos más planos y cultivables, agua abundante, posibilidad de acceso a recursos.
En tal sentido, el poblamiento del territorio venezolano es un proceso que se cumple en el transcurso de las etapas de su historia: la prehispánica, la colonial y la republicana. En las dos primeras se echan las bases del poblamiento posterior, de la distribución espacial de los centro poblados y de la población actual de Venezuela.
Al principio, los diversos grupos indígenas buscar habitar aquellos espacios más benignos para desarrollar sus sociedades, siendo esta las regiones occidental y centro norte, específicamente las etnias de origen timote, cuica y caribe. Las zonas de las llanuras centrales y sur del país, presentaban por lo tanto menos población. Por lo tanto, la población de Venezuela: ha estado distribuida desigualmente desde la misma época prehispánica, en la cual la población indígena se encontraba concentrada en la región Costa Montaña, mientras que los llanos presentaban una población dispersa y Guayana escasos focos de población dispersa y grandes áreas despobladas.
Durante el proceso colonial, esta distribución espacial se había mantenido casi inalterable. Los europeos, así como los aborígenes, encontraron en la región de la Costa-Montaña las condiciones geográficas más favorables para su establecimiento: clima agradable, suelos excelentes para el desarrollo y práctica de la agricultura, agua en abundancia.
Para el colonizador europeo esta región presentaba, además, una posición geográfica que la hacía más accesible que las otras, lo que facilitaba sus relaciones con las islas del Mar Caribe y España, y una abundante población indígena que sería incorporada como mano de obra en el trabajo de las minas y los criaderos de perlas primero, y sostén de la actividad agrícola posteriormente. En la actualidad, esta distribución persiste, con algunos cambios de poca significación para el conjunto nacional: la población se encuentra repartida desigualmente, con una alta concentración en la región costero-montañosa, con mayor énfasis que en los llanos y Guayana pocos focos de población dispersa y extensos espacios vacíos. Esta condición ha sido limitante en el logro de un desarrollo espacial integral.
Entonces en Venezuela existe una clara distorsión entre la distribución de los recursos y el poblamiento. Venezuela es un país de grandes espacios vacios. El 40 % de la población se concentra en un área que apena llega a cubrir el 2,4 % del territorio nacional, mientras que vastos espacio agrícola de los llanos y Guayana se encuentra deshabitado o subutilizado. El territorio al sur del Orinoco que representa el 45% del área nacional, apenas posee el 5% de la población..
Como consecuencia, la distribución espacial presenta un acentuado desequilibrio entre la diversas regiones de Venezuela. Mientras una pocas presentan mayor concentración demográfico e infraestructural, la mayoría es menor presencia humana, trayendo grandes diferencias en lo económico, social y cultural.
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